Las cuatro rosas
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cuatro rosasResumen
Tras el reportaje descarnado de la discordia, la tristeza de las encrucijadas y algunas canciones de huella intimista, Pepe Calderón, JB Quintero y Jorge Sánchez me apremiaron a cantarle nuevamente a la esperanza. La misma esperanza que ya intentábamos a construir a nuestro modo en la Asociación Cultural “El Grupo”, que llegó a nuclear a más de un centenar de artistas e intelectuales panameños opuestos a la neocolonia, con sede alternativa en el “El Zaguán” –que luego vio nacer tanto al “Tuira” actual, como al Movimiento “Papa Egoró, al sello disquero “Kiwi Records” y a “La Rosa” de Rubén”–, el restaurante-bar “Las Malvinas” y el apartamento de George Sánchez en el Casco Viejo. Viejo “Zaguán”... ¡te extraño más que el carajo! Aquel “centro de resistencia cultural” o “antro de perdición” –de acuerdo al tipo y talante de cada cliente– fue realmente una entrañable experiencia algo-política, cuasifilantrópica y seudo-empresarial, tras el breve y dudoso éxito “comercial” de las peñas de “Groucho”.